CAMINO DE SANTIAGO ETAPA 5

PONFERRADA - ALTO DO POIO 59 kilómetros

Salimos de Ponferrada bien pronto y llegamos a Villafranca del Bierzo, por cierto precioso, sobre las 10 donde paramos a desayunar y tomar fuerzas para la ascensión al puerto de O Cebreiro. El camino hasta Villafranca del Bierzo me recordó a la Rioja ya que todo transcurría entre viñedos, lo que hacía un paisaje muy agradable. Ahora teníamos que llegar a Herrerías que es el pueblo donde empieza la ascensión al puerto. Pero otra vez, volvió, tercera pájara.

No podía ni con mi alma y ya cansado me tiré en la cuneta y le pedí a mi amigo que entrase a un bar y preguntase si me podían subir al puerto. En ese momento era impensable para mí poder dar una pedalada. Como nadie me podía subir me tomé cuatro aquarius que me hicieron el efecto de las espinacas de popeye y las fuerzas que había perdido volvieron a mí. Llegamos a Herrerías y decidimos tirar por la carretera ya que por el camino teníamos que ascender desde 700 metros a 1330 en 6 kilómetros con una gran pendiente. En cambio nos comentaron la opción de hacer el ascenso por la carretera antigua muy poco transitada, de menos pendiente que el camino pero de 16 kilómetros de ascensión. Pues nada, poco a poco, plato pequeño y poco a poco apretando los dientes primero entramos en Galicia y luego llegamos al alto de Piedrafita. En piedrafita primera empanada Gallega y de ahí otros 4 kilómetros de subida hasta O Cebreiro. En O Cebreiro visitamos la Iglesia prerrománica de Santa Maria la Real donde destaco un arco toral mozárabe en su interior. También en O Cebreiro vimos la forma tradicional de construcción de la zona, las pallozas, unas casas redondas con tejado de paja al estilo Asterix y Obelix.

De ahí fuimos hasta el Alto do Poio (la subida no se acaba nunca) donde decidimos pararnos ya que no podíamos más. Dejaríamos para el día siguiente los 20 kilómetros de bajada. En el alto había un hostal y un albergue. Llegamos a tiempo para quedarnos en el Albergue. En el Albergue conocimos a unos sevillanos que al día se hacían unos 120 km, y me chocó que uno de ellos llevaba en la bici un colchón autohinchable... una auténtica máquina de tío. Buena cena, unas risas y a dormir.