SEGOVIA, PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD

Entre el siglo I y II después de Cristo, los romanos edificaron este impresionante acueducto para traer agua desde el manantial de la fuenfría, a 17 kilómetros de la ciudad. A su llegada a Segovia, para salvar la vaguada donde actualmente se encuentra la Plaza del Azoguejo, se erigió la parte más espectacular de esta construcción que casi alcanza los 30 metros en sus doble fila de arcos, donde las piedras se sostienen "a hueso", es decir, sin ningún tipo de argamasa ni cemento que las una. Hoy en día, aún es posible contemplar la majestuosidad de esta construcción, única en España, en su máximo esplendor.

Pero Segovia es mucho más que el acueducto. Una vez nos adentramos en su zona antigua, las iglesias, callejuelas y murallas nos transportan a la edad media, cuando esta ciudad fue conquistada por Alfonso VI de Castilla a los musulmanes, quien otorga la repoblación de estas tierras a su hija, Urraca, y a su marido, Raimundo de Borgoña. La gran cantidad de iglesias románicas, conjunto artístico declarado patrimonio de la humanidad, pone de manifiesto la importancia de esta ciudad en la época medieval, como por ejemplo las Iglesias de San Millán y San Martín, donde destacamos su arcada con capiteles historiados de gran valor ilustrativo o la Iglesia de San Miguel, que presenció la coronación de Isabel la Católica. Por otro lado, la Iglesia de San Esteban me llamo la atención su gran torre, de más de cincuenta metros de altura que, personalmente, me recuerda a las torres de estilo lombardo del pirineo.

Otra de las obras de arte de Segovia es su catedral, la Dama de las Catedrales. De grandes y bellas dimensiones, esta catedral se empezó a construir en el siglo XVI y se terminó dos siglos más tarde, con trazos góticos pero de gran influencia renacentista que queda patente en sus formas, luminosidad y decoración. Decoración que tiene su mayor exponente en el bosque de pináculos que coronan los contrafuertes y arbotantes. En esta catedral trabajaron algunos de los más grandes maestros constructores y decoradores de la época, como por ejemplo Gil de Hontañón o Churrigera, dejando su legado en este maravilloso templo donde sus grandes dimensiones verdaderamente nos llaman la atención.

Para observar una bella panorámica de la ciudad deberemos dirigirnos al Alcázar, residencia de la corte del Reino de Castilla y de importantes reyes castellanos, como Alfonso X ( el sabio) quien tenía especial cariño hacia este lugar. Este alcázar, que aún conserva algunos restos de la anterior fortaleza árabe sobre la que se construyó, tiene dos partes para visitar. La torre del homenaje (lugar favorito de Alfonso X), desde donde después de subir algunos cientos de escalones podemos disfrutar una gran imagen del conjunto urbano coronado por su catedral.

La otra parte que se visita son las estancias y salones del castillo, en los que destaca su decoración mudéjar, artesonados, patio de estilo renacentista herreriano, ventanales, sala del trono, etc., pero lo que verdaderamente me llamo la atención fue la sala de los reyes, donde Felipe II mandó construir bustos de los monarcas castellanos leoneses que existieron antes de la unión con el reino de Aragón. Llama la atención que aparece Alfonso I de Aragón, segundo marido de Urraca (trás la muerte de Raimundo de Borgoña) bajo el nombre de Alfonso VII, y que Alfonso X el Sabio aparece como Alfonso XI. Simplemente apuntar que Alfonso I de Aragón y la Reina Urraca intentaron unir ambos reinos, pero debido a las ansias de poder del monarca de Aragón, esta unión tuvo que esperar al enlace de los reyes católicos.


Para acabar esta visita, resulta imposible irse de Segovia sin haber degustado su especialidad gastronómica, el cochinillo asado. Son muchos los restaurantes donde se puede comer este manjar y otra serie de carnes asadas, la especialidad de esta ciudad.