TAILANDIA

Parte I

Pues como nadie se venía conmigo, me fui solo. Por aquel entonces trabajaba en una agencia de viajes y conseguí un precio bueno para el billete de avión por un lado y por el otro lado para el circuito. Yo estoy en contra de los circuitos y viajes organizados, pero esta vez tenía 11 días en Tailandia, por lo que la mejor opción era ir en algo minimamente programado. Entonces conseguí un tour con otras dos personas en el que tenía hoteles cogidos, algunas visitas y desplazamientos. Menos mal que evite los autobuses cargados de parejas españolas de recién casados… era gracioso ver las competiciones que hacían a ver quien regateaba más.



Salí desde Madrid vía Ámsterdam. Como tenía varias horas en Ámsterdam y no lo conocía, salí a dar una vuelta rápida por la ciudad, eso si, sin liarme. Ya llegando a Bangkok, primera impresión, entre la pista de aterrizaje y despegue un campo de golf, toma moreno. Si el aeropuerto era así, ¿como sería la ciudad?¿Qué me esperaba? Os pongo en ambiente, yo iba en una furgoneta, escucho una moto a mi derecha, miro por la ventanilla, y nos adelanta una vespa, con un señor conduciendo, su mujer detrás, a su vez detrás de la mujer, un niño con medio culo en el asiento y el otro medio en el aire y finalmente entre las piernas del conductor el otro niño… No me lo podía creer, tráfico, barrios de casas pequeñas, de repente un rascacielos, puestos de comida en la calle, calor, humedad, gente, coches, motos, ¡me encataaaaaaaaaaa!!! esto es lo que se me pasaba por la mente, ¡esto es completamente diferente a todo lo que he visto!!!!!. Llegué al hotel, la verdad que muy chulo, por si acaso el “Twin Towers”. Los 3 días siguientes los pasé visitando la ciudad. Empiezé por la zona del Palacio Real, que es un conjunto de templos y palacios donde podemos tener la primera toma de contacto con el budismo y con la arquitectura religiosa budista. Lo que más me llamo la atención fue el Wat (Templo) Pho con el buda tumbado de más de 20 metros de largo, que al estar en un recinto cerrado, no nos hacemos una idea general de lo grande que es. También se puede ver el buda Esmeralda en el Wat Phrae Kaew, templo de arquitectura budista tailandesa que tiene un buda hecho en jade. Aparte, el palacio tiene un montón de pagodas y templos más pequeños donde es agradable pasear. Fuera del palacio, otro templo que merece la pena visitar es el Wat Traimit que tiene un Buda de oro macizo de 5 toneladas y 4,6 metros de altura. Los monjes lo taparon hace siglos con yeso para que los pueblos invasores pensaran que era un buda más, sin valor, y así evitar su hurto, hasta que en 1955, cuando lo estaban trasladando se les cayó, y ante su sorpresa apareció oro debajo de la capa de yeso. Otra visita obligada es el mercado flotante, una de las cosas más asombrosas que visto. Este mercado es un laberinto de casas y canales, por lo tanto el acceso se realiza en barco. Cuando has pasado unas cuantas casas que parece que flotan, de repente, un sinfín de colores te llenan la vista, vendedores en pequeños barcos se te acercan con sus marionetas, cientos de olores que se entremezclan, desorganización, y otra vez me viene a la mente ese pensamiento: ¡Me encanta!!!!!! Aquí aproveché para comprarme unos cuantos pantalones tailandeses, que fueron los únicos que usé durante el resto del viaje porque son realmente cómodos, y que a pesar del calor y la humedad, te mantienen fresco. Hablando de este tema, recomiendo a todo el que vaya a Tailandia que vaya con el mínimo de equipaje y una vez allí se compre estos pantalones, unas camisetas y no se preocupe de más.



Bangkok es una ciudad para pasear, sentarte y disfrutar de la gente, del tráfico, de los monjes que se mezclan con la multitud, de los tuk-tuk que aparecen entre los humos de los motores, del calor, e intentar mantenerte sereno en el kaos que reina en la capital.
Otra cosa interesante de Bangkok son los mercados. Están los que son para turistas, donde puedes comprar todo tipo de artículos falsificados, y menudas falsificaciones! (ahora mismo tengo puesta una camisa billabong que me compré allí), artesanía típica, música… de todo. También están los mercados donde compran los habitantes de Bangkok, como el mercado de flores, todo un festival de colores y olores, o los mercados de comida que son grandes laberintos de tenderetes donde se mezclan olores de todo tipo, deliciosos y otras veces nauseabundos.
Antes de seguir con el viaje hacia el interior, quiero hablar del regateo, ya que es algo que esta a la orden del día, quieras o no. Es un regateo amistoso, ellos siempre con la sonrisa, sin ninguna prisa, pero lo que esta claro es que al final siempre llegas a un acuerdo, si entras, picas. Normalmente puedes bajar el precio hasta un 60%, y en los tuk tuk, la mejor manera para trasladarse por ciudades, que son una especie de moto con asientos atrás, hay que regatearles antes de montarse, ya que puedes bajarles hasta un 70% de lo que te piden, tienen mucha jeta. A veces llega un momento que te das cuenta que estas regateando 20 céntimos o algo así, y muchas veces, me preguntaba, ¿por 20 céntimos merece la pena seguir discutiendo?. Entonces plantee un criterio, si el que regatea es un jeta, le pienso regatear todo lo que pueda, en cambio, si la persona es legal, ni me molesto en regatear. Luego hay otras veces que son ellos los que regatean por ti y sin que digas nada, te bajan el precio.

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