LAGO DE COMO

Desde Bergamo o Milán se puede aprovechar, debido a su cercanía y buenas conexiones, para visitar el Lago de Como, uno de los lagos más pintorescos y famosos del planeta cuya visita recomendamos desde Viajando por el Mundo.

Yo pensaba que este lago era un destino de segunda residencia de ricachones europeos y americanos, donde afloraban las mansiones privadas de actores de hollywood. Efectivamente es así, pero la belleza de sus pueblos y el extraordinario medio natural que rodea el lago hace de esta visita una experiencia única. Quizás sea el tiempo que acompañó con un día radiante o el hecho de encontramos fuera de temporada turística, pero la zona transmitía una sensación de tranquilidad y calma acorde con la inmensidad de los Alpes que flanqueaban la lejanía, dando origen a un lago abrupto, encajonado entre altas montañas y paredes imposibles que unen el agua con el cielo.



Se puede llegar a Varenna, principal estación de ferrocarril del lago y punto de partida de ferries, en tren desde Bergamo y Milán. Desde Bergamo hay que ir hasta Lecco (menos de una hora) para tomar un tren que viene de Milán dirección Colico con parada en Varenna (30 minutos). Me sorprendió bastante la puntualidad, frecuencia y buen funcionamiento de Trenitalia, compañía de ferrocarriles del país. Para volver, hay que realizar el mismo viaje pero a la inversa, que en total es 1 hora y media, no obstante, el trayecto entre Lecco y Varenna transcurre a lo largo de la orilla del lago por lo que las vistas amenizan el viaje.

Desde Varenna se puede ir en Ferry a Menaggio, Bellagio u otros pueblos del lago, bien es verdad que merece la pena visitar Varenna antes de seguir descubriendo Como. La zona del embarcadero de Varenna, sinceramente, no dice nada, no obstante, si continuamos por el paseito de la costa dirección la plaza de la Iglesia nos encontraremos con un lugar mágico, un lugar único, uno de los rincones de Europa más bellos que jamás he visitado. El pequeño puerto de Varenna, con las pintorescas casas de colores, atisba tímidamente aquellos pueblos donde hace algo más de un siglo comenzó el fenómeno turístico, con cierto aire retro que da un encanto especial a este lugar.



Las casas de este pueblo se encuentran en la ladera de una montaña que desemboca al mar, por lo que es curioso ver las calles empinadas, con sus laberínticos callejones que pugnan por el rincón más bello de la localidad. Sin lugar a dudas, Varenna fue lo que más me gustó del lago.

Teniendo el lago frente a nosotros, no podíamos quedarnos sin darnos un paseo en Ferry por sus aguas y, ya puestos, visitar el pueblo de Bellagio. Aún si cabe, más pintoresco y más repintado que Varenna, este pueblo si que tiene ese aire de glamour de aquellos primeros pueblos turísticos donde acudía la burguesía Europea. Por si os acercáis, os dejo un enlace con los horarios y puntos de salida/llegada de los barcos: http://www.navlaghi.it/eng/com/nlc_ora.html.

En definitiva, uno de esos lugares bonitos que transmite tranquilidad y gran belleza al menos en la época que lo visitamos, evitando el aire “elitista” que seguramente inunde el lago durante los meses de verano.