VENECIA ARTÍSTICA
A nosotros nos apareció un señor, una mezcla entre Briatore y al Pacino y nos ofreció que por 10 € por persona (éramos 7) nos llevaba en barca a San Marcos. Sin saber si nos timaba o no, nos montamos en su barca, del estilo a las de James Bond o de la Bienal de Venecia, todo un glamour vamos. Sinceramente, es mucho más rápido que el vaporetto y merece la pena si vas con el tiempo justo. (Estos vaporettos también tienen parada en la estación de trenes).
Viajando por el Mundo al final estaba en la ciudad de los canales, puentes y callejones donde Corto Maltese tantas aventuras había vivido. Lo primero que tenía que ver era la Basílica de San Marcos, una de las muchas joyas de arte que se pueden contemplar en Venecia. Esta Basílica, de estilo Bizantino, es uno de los templos más bellos que jamás haya visitado. Las propias características de este estilo artístico, que preserva muchas influencias del arte romano como los mosaicos o las cúpulas, hacen de San Marcos algo único. Cuenta la historia que los barcos que llegaban a Venecia tenían que pagar un impuesto dirigido a embellecer la basílica, de ahí la calidad y cantidad de ornamentos que adornan el edificio.
No contentos con la belleza de San Marcos, durante el saqueo a Constantinopla que tuvo lugar durante la cuarta cruzada, cientos de tesoros que se encontraban en esta ciudad fueron trasladados a Venecia para embellecer, aún más, la Basílica de San Marcos. Este templo esta lleno de pequeños detalles, tanto en su exterior como interior, que te hacen sentir como un investigador de National Geographic. En la parte que da a la Piazzeta, más o menos frente al Campanile, se encuentran unas pilastras traídas desde el reino cristiano de San Juan de Acre, último bastión de los reinos cruzados en oriente y plaza defendida por los Caballeros Templarios. También hay unas losas con las figuras de los tetrarcas, otro tesoro más que los cruzados venecianos se tomaron prestado de Constantinopla, junto con los 4 caballos que flanquean la entrada principal de la Basílica (ojo los originales están en su interior) y que se encontraban en el hipódromo de la antigua capital del imperio Bizantino.
Al arte Bizantino es, por decirlo de alguna manera, el románico de los reinos cristianos / ortodoxos de oriente. El templo se encuentra construido principalmente en este estilo, pudiendo apreciar algunos rasgos característicos de esta corriente artística, como los arcos de medio punto, la gran cantidad de bóvedas que forman el sky-line de la ciudad o los mosaicos que se encuentran por el interior del templo o en los tímpanos de los arcos de la fachada, donde se ilustra parte de la vida de San Marcos y una reproducción de la basílica original. La parte superior de los arcos del segundo nivel se encuentran flanqueados por adornos góticos tardíos o floridos, que proporcionan personalidad al templo.
Aún en la plaza de San Marcos frente al Campanile, antigua torre desde donde se avistaban los barcos, se encuentra el Palacio Ducal. Este edificio, que fue la sede del Gobierno y una antigua prisión, es una auténtica joya arquitectónica del gótico civil veneciano. Este palacio se encuentra conectado a su vez con otra prisión, que se encuentra en un edificio cercano separado por un canal, a través de uno de los puentes más famosos de la ciudad; el Puente de los suspiros, desde donde los reos veían por última vez el cielo y el mar.
De la plaza de San Marcos, a través de las callejuelas, tiendas de mascaras y plazas venecianas, hay que dirigirse el gran canal, la principal arteria de la ciudad. No podemos irnos sin visitar el Puente de Rialto, el primer nexo de unión entre ambos lados del gran canal. Justamente desde aquí podemos tomar un vaporetto que nos lleve al Parking (Tronchetto) a través del gran canal, desde donde aún podremos contemplar el Palacio Ca'd'Oro, otro bello edificio de gótico civil de transición gótico - renacentista.
1 comentario:
un sueño de siempre ha sido conocer Venecia espero algun dia auqneu sea de viejita poder lograrlo, abrazos enormes para ti y muchas gracias por dejarme volar con la imaginación...
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